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sábado, 2 de abril de 2016

'La batalla de Argel', drama bélico de candente actualidad

Considerada como una de las grandes películas de cine bélico de la historia del cine, 'La batalla de Argel' (1966) relata a modo de documental el conflicto entre el Frente de Liberación Nacional ( FLN - los independentistas argelinos) y el ejército francés vivido a finales de los años 50. La película versa sobre el colonialismo, fenómeno cuyas consecuencias nos recuerdan tristemente a diversos frentes de guerra abiertos en la actualidad, y bastante activos estas últimas semanas.

Gillo Pontecorvo es el encargado de llevar a la pantalla este episodio histórico, en una mezcla sorprendente de documental y drama en el que se alternan acontecimientos documentados y otros más simbólicos e individuales que sirven  al espectador para entretener en cierta medida, y sobre todo, para retratar los bandos, causas y consecuencias del conflicto. El director italiano es, junto a Ennio Morriconne, que ya escribía bandas sonoras hace 50 años, el encargado de musicar la batalla con unas melodías que ahora nos parecen impropias de un film bélico serio por su vivacidad e incluso el buen rollo que transmiten, pero que aportan otro elemento de autenticidad y distinción.

La idea de llevar este capítulo de la Guerra de Independencia de Argelia (1954-1962) a la gran pantalla fue, ni más ni menos, que de altos cargos del FLN. En concreto fue el ex-futbolista Yacef Saadi el encargado de proponer la idea a directores de cine social italiano, fue Pontecorvo, marxista y ex- miembro del Partido Comunista hasta su desencanto con el mismo en 1956, cuando la URSS sacó los tanques por las calles húngaras. El propio Saadi encarna al líder del FLN en la película, con el nombre de Saadi Kader.

Algunos consideran esta película toda una obra maestra, no sólo por el complejo y preciso manejo del lenguaje cinematográfico y por una acertada mezcla de documental y ficción, sino también por mostrarse imparcial y objetiva, por ceñirse a la historia. El problema es que la historia puede adquirir múltiples perspectivas, dependiendo de los ojos que la miren; ser objetivo es imposible, y con los orígenes y causantes de la película, está bastante claro hacia qué lado se van a posicionar las imágenes...

Es cierto que Pontecorvo no es especialmente explícito ni maniqueo, pero se advierten maneras: el colectivo de franceses se muestra como un único individuo, intransigente y odioso hacia los nativos, con prejuicios y comportamientos groseros que se evidencian en varias escenas. Las bombas que estallan en la Kasbah (barrio musulmán de Argel) van acompañadas de la música más dramática de la película, con gran cantidad de planos de los heridos y lágrimas de los familiares. Por otra parte, mientras vemos las bombas colocadas por el FLN en la ciudad europea (parte donde habitan los franceses y otros europeos en Argel) donde podemos oír incluso música de guateque, si bien también abundan los primeros planos de las potenciales víctimas, mas siempre antes de la explosión. Otros aspectos como la dura represión de la huelga organizada por el partido argelino sostienen esta teoría.

También es verdad que las escenas de torturas no son numerosas, pero la dureza del Coronel Matthieu (Jean Martin), ese villano maquiavélico que no dudará en hacer todo lo posible por aplastar al enemigo, contrasta con el propio Kader, que, si bien emplea métodos parecidos a los de Matthieu, parece que su causa noble mitiga en parte sus prácticas mortales. En todo caso, la precisión técnica y la valía histórica de 'La batalla de Argel' se ve empañada ligeramente por el idealismo subyacente que ha provocado comparaciones con otras cintas de culto, como 'Nacimiento de una nación' (1915) o 'El acorazado Potemkin' (1925), si bien este caso es menos exagerado, especialmente al lado de la obra de Griffith.

Otro aspecto interesante y acertado de la película es que el protagonista sea un bala perdida. Ali La Pointe (Brahim Hadjadj) es un delincuente de media monta, sin estudios ni motivaciones, que conoce en la cárcel el movimiento independentista del FLN. Me gusta que la acción se desarrolle a través de la concienciación y evolución de Ali, porque creo que hay muchos como él, atrapados en esta clase de movimientos: el IRA, las legiones de distintos países, el Daesh, ETA... personas rechazadas o inestables que buscan en movimientos ideológicos radicales su refugio. Ali La Pointe no es sino el ejemplo de miles de personas confundidas, aunque luche por algo digno como la autodeterminación de su pueblo.

Por desgracia, es éste un buen momento (en realidad cualquier momento desde entonces ha sido bueno), para ver esta película, para descubrir con horror que la historia se repite continuamente como afirmó Nietzsche. Puede que el colonialismo en el sentido estricto de la palabra acabase hace ya algunas décadas, pero el colonialismo económico, militar o cultural, y sus consecuencias están causando el mismo daño que se aprecia en la película: la invasión de Irak, el terrorismo islámico, la guerra de Siria, el conflicto entre Israel y Palestina y un larguísimo etcétera. De hecho, los telediarios de hoy día muestran más violencia explícita, odio y sangre que la película, lo que nos demuestra que el odio entre personas es inherente a la historia del ser humano.

No es una película sencilla ni agradable de ver, no por casualidad estuvo censurada en Francia hasta 1971, cuando el tema de Argelia se enfrió y dejó de ser tabú. También se censuraron partes en Inglaterra o Estados Unidos y, por supuesto, en España no se estrenó hasta después de la muerte de Franco. Sin embargo, la considero una película imprescindible para apasionados de la Historia, una película anti-colonialista que denuncia este penoso fenómeno.

Lo mejor: La mezcla de documental y ficción en un episodio histórico de tales dimensiones.

Lo peor: Ver lo poco que hemos cambiado durante este tiempo en lo que a tolerancia y respeto respecta.

Valoración: 7'5/10

Javier Haya

Tráiler



Sinopsis

Relato sobre los orígenes, el desarrollo y el fin del enfrentamiento entre el Frente de Liberación Nacional (FLN) de Argelia y las autoridades coloniales francesas. El protagonista, Ali La Pointe, es uno de los más destacados activistas de la Casbah de Árgel.

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