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lunes, 11 de abril de 2016

'El secreto de una obsesión', el manual del perfecto destrozo

Enhorabuena a aquellos que predecían un pronto remake americano de 'El secreto de sus ojos' (2010) porque han acertado. 'Secret in their eyes', traducida en nuestro país como 'El secreto de una obsesión', omite el artículo del título como si eso le diese carta blanca para introducir todos los cambios habidos y por haber, poco convincentes todos ellos.

Cuando la industria cinematográfica de Hollywood se queda obsoleta tiende a tirar de reediciones de películas de éxito europeas o sudamericanas. 'Déjame entrar' (2010), versión bastante exitosa de la película homónima sueca de 2008, fue de los últimos remakes americanos conocidos, junto a la serie británica 'The Office' (2001) que los yanquis dilataron. Aunque esporádicamente puede salir un resultado positivo mediante un aire nuevo o cambios acertados, las más de las veces es considerablemente peor a la original, y esta película podría considerarse el paradigma del último grupo.

Reconozco que no puedo ser neutro cuando el film de Campanella es de mis películas favoritas de ficción de los últimos años, y ya albergaba muchas dudas antes de empezar el visionado de la versión americana; aun así, lo que veo en la pantalla es más espantoso si cabe que mis peores temores. Yo esperaba una trama similar pero sin la esencia ni el ambiente de la obra argentina, donde se retrataba la corrupción, el arrepentimiento y la nostalgia, el oscurantismo de la dictadura y las pasiones humanas de una forma soberbia. 'El secreto de sus ojos' es una película con alma sudamericana, imposible de extrapolar. Y hasta ahí acierto, ni siquiera esa extraña relación entre el agente judicial y su superiora, ahora interpretados por Chewitel Ejiofor y Nicole Kidman, tiene magnetismo alguno, todo es frío e impostado, el brillo se apaga, los ojos se cierran.

El hecho de que hubiese dos actrices superstars como Kidman y Roberts en el reparto ya me hizo sospechar: '¿pero si en la película sólo hay un papel de mujer importante?', pensé. Y luego resulta que el familiar de la víctima es una policía compañera de Ray Kasten (quien fuese Benjamín Espósito en la original, interpretado por Darín) llamada Jessica Cobb (Julia Roberts), que además tiene bastante relación con Kasten. Este cambio argumental hace que la película pierda el tono oscuro y romántico de la otra para establecerse en el sensacionalismo, ya no hay un Morales ajeno y enamorado que persigue la justicia, sino que Morales (Alfred Molina), es el corrupto y cruel mandamás del departamento, feo guiño.

Los cambios argumentales no acaban aquí, sino que deciden incluso modificar temporalmente la historia, incluir una acción en el presente, a diferencia de la original, que es casi en su totalidad una analepsis. Supongo que la intención del director, Billy Ray (a estas alturas ya dudo que se haya leído la novela de Eduardo Sacheri) fuese distanciarse, no sólo en el plano argumental sino también en el narrativo. A favor de Ray tengo que decir que es muy difícil proponer una alternativa de algo que es de por sí magnífico; en su contra, que ninguno de los cambios es convincente, el peor es quizás convertir al tierno, conflictivo, sabio, alcohólico y generoso (empleando la retórica argentina) Pablo Sandoval (Guillermo Francella) en un Hank Schrader sin encanto ni gracia. Para colmo, el transfondo contextual es el gastado cliché del 11-S y el antiterrorismo.


La película americana es mucho más explícita, y también tiene más escenas de violencia y de acción. Sin embargo, cuenta y transmite mucho menos que la argentina, dejándose mucho más dinero, además desala completamente el guión, piedra angular de la película de Campanella, hasta hacerlo muy decepcionante (cosa previsible tras ver la profundidad psicológica de los personajes). Si vio la película, Billy Ray no debió disfrutarla ni entenderla, porque lo cambia todo: presencio con horror que convierten el asesinato de la joven en una crueldad del azar más funesto, en la que los protagonistas, víctimas, se culpan de la tragedia... Esto... ¿Vos qué peli viste, flaco?... El final me abstengo de comentarlo, sólo encuentro palabras feas.

Veo comprensible, incluso aceptable, que americanos que jamás han visto una película extranjera les guste este film policíaco, al fin y al cabo la trama sigue teniendo los residuos de la obra original, en la que era magnífica. Lo enervante es que críticos cinematográficos argentinos pongan en buen lugar esta adaptación, o que tenga buena aceptación en nuestras salas, a donde llega este viernes. Yo os recomiendo encarecidamente que no la veáis si no habéis visto ya 'El secreto de sus ojos' (y que os apuréis en visionarla), y si la habéis visto no creo que os haga mucha gracia dejaros el dinero en esta burda imitación, vuestro gusto juzgará las diferencias.

Lo mejor: Nikole Kidman siempre será Nicole Kidman.
Lo peor: Que haya sido Ray el encargado de versionar este prematuro clásico.

Valoración: 1/10


Tráiler



Sinopsis
Ray y Jess, dos investigadores del FBI, son relevados de su puesto junto con la supervisora del Fiscal del Distrito, cuando aparece brutalmente asesinada la hija adolescente de Jess. Trece años después de búsqueda incansable al asesino, Ray encuentra por fin una pista para resolver el caso.

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