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miércoles, 10 de febrero de 2016

El Renacido, una perfecta fotografía vacía.

Imaginemos poder gozar del mejor equipo de trabajo del mundo, tener al mejor director de fotografía que existe en estos momentos, Emmanuel Lubezki, contar en nuestras filas con dos grandes monstruos de la interpretación, Tom Hardy y Leonardo DiCaprio, y por si fuera poco tener el placer de estar a las ordenes del actual ganador del Oscar a mejor dirección, Alejandro G. Iñárritu. ¿Pensáis que sería imposible no contar una buena historia, verdad? Pues estáis equivocados. 


Con la misma profundidad que uno de los programas de 'El último superviviente' Alejandro G. Iñárritu trata de plasmar una historia de venganza y de supervivencia donde el argumento poco o nada cuenta, todos los focos de mira apuntan a la calidad técnica y a la actuación de un incansable nominado Leonardo DiCaprio. Lo cierto es que su poca profundidad de guión y su escasez de diálogos juegan a favor y en contra de la película. Por una parte permiten una mayor recreación de puesta en escena, especialmente de la interpretación y del movimiento de cámara, casi secuencia, como nos tiene acostumbrados Iñárritu, pero al mismo tiempo nos produce una cierta somnolencia con tanto paisaje y tantos berridos. 


En cuanto a la joya de la corona, Leonardo DiCaprio, un actor que de nuevo tiene el privilegio de participar en una película hecha para él, donde ha podido demostrar todo de lo que es capaz, llegar a todo tipo de limites por vestir las mismas pieles que sus personajes. Una actuación en la que ha tenido que pasar por situaciones extremas, comer carne cruda o convivir con la maleza y el frió invierno,  pero que le ha llevado, una vez más, a esa lucha por el Oscar. Cierto es que ya va siendo hora de que se lo den, pero recordad que Al Pacino no tuvo uno entre sus manos hasta su octava nominación, así que menos plegarias y más paciencia.


A pesar de todos sus inconvenientes es indiscutible que estamos ante una obra con escenas que quedaran perpetuas en la retina del espectador.  Un inicio inmejorable que sin lugar a duda es de lo mejor del  filme y una fotografía que roza la perfección, en gran parte por su gran dominio con la luz natural. Posiblemente su duración sea excesiva para la historia que trata representar, pero al menos la belleza de los paisajes, consiguen dinamizar esa dilatación argumental.

Lo mejor: El gran dominio técnico que tiene Alejandro G. Iñárritu y la belleza fotográfica con la que se recrea Emmanuel Lubezki.

Lo peor: Una trama tan plana que nos recuerda a esos programas de supervivencia que podemos ver en la televisión.

Valoración: 4 sobre 5

Cristian Fuster

Tráiler:


Sinopsis:
Años 1823. En las profundidades de la América salvaje, el explorador Hugh Glass participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo John Fitzgerald. Con la fuerza de voluntad como única arma Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, a un invierno brutal y a la guerra constante entre las tribus de nativos americanos, en una búsqueda implacable para conseguir vengarse.

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