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martes, 20 de mayo de 2014

The Americans


Ronald Reagan acaba de ser elegido presidente y va a comenzar una política dura contra la URSS apoyado desde el otro lado del atlántico por su aliada inglesa Margaret Thatcher. Los rusos están comenzando a perder la guerra fría, pero ellos aún no lo saben. Y por su parte, Phillip y Elizabeth tienen una pequeña agencia de viajes, un coche, una casita en un agradable barrio residencial y dos hijos: una chica que está al principio de la adolescencia y un niño más pequeño y un coche.

Por supuesto nadie sabe quienes son en realidad Phillip y Elizabeth Jennings: forman parte de un grupo muy secreto de agentes conocido como el Directorio S, formado por agentes como ellos, encubiertos y que llevan más de una década viviendo como americanos de pura cepa. Nadie sabe de la existencia del Directorio S, salvo los altos más cargos en la embajada. Ni siquiera se conocen entre ellos, salvo su contacto con la central, y alguna excepción.

Y todo eso, claro, de incógnito. De puertas para afuera son la perfecta familia feliz: asisten a las representaciones de sus hijos en el colegio, desayunan a diario con ellos en la cocina de su casa,... en fin, que sólo les falta tener perro. Por supuesto los niños tampoco saben realmente quienes son sus padres ni a que dedican el tiempo libre.

Elizabeth (interpretada por Kerri Russell, que por si veis la serie y no la recordáis, es la jovencita que hacía de Felicity en la serie de finales de los 90), aunque es la perfecta ama de casa americana, moderna y liberada, sigue perfectamente fiel a la causa y es una agente eficaz, concienciada y mortal cuando se lo propone. Vive su falso matrimonio, con un hombre al que no conocía de nada, sin amor, pero todo es por la madre patria.

En cambio Phillip, aunque es un agente igual de efectivo y mortífero que su mujer, ha encajado como un guante en el american way of life, y le gusta la vida que llevan y la mujer con la que está casado: es aficionado al fútbol (al americano, claro), hace barbacoas en el patio, canta el himno nacional,... y en el fondo, está empezando a tener dudas.


Sabe que si los descubren estarán muertos, o peor, capturados; sabe que nunca los exfiltrarán y volverán a la URSS, o lo que es peor, puede que vuelva a un sitio que ya no es su hogar, en el que no encajará y que no podrá evitar comparar con la vida que ha conocido, y perdido.

Y además él si que quiere a su mujer; para él, su matrimonio no es ninguna farsa, está enamorado de ella desde la primera noche en que hace más de 15 años llegaron a su nuevo país, como desconocidos y descubrieron que existían cosas como los moteles, y lujos impensables en la URSS como el aire acondicionado.


Y eso que, debido a su trabajo, tienen lo que podríamos llamar un “matrimonio abierto”. Cualquiera de los dos, usa todas las armas que tiene a su alcance para hacer su trabajo, implique eso lo que implique: matar a alguien, seducir a una mujer para captarla, o acostarse con un hombre para sacarle información. Eso sí, siempre caracterizados: ambos son maestros del disfraz y tienen diversas identidades falsas para lo que se tercie.

En la serie te puedes encontrar todo lo que podrías esperar en un thriller de espías que es lo que en el fondo estás viendo: disfraces, engaños, operaciones de vigilancia, colocación de micrófonos ocultos, persecuciones en coche, radios de onda corta escondidas en el sótano, mensajes secretos en clave que solo aparecen en el papel cuando se moja con el producto químico adecuado...


Y te lo sirven con un ritmo muy bien dosificado, manteniendo la intriga, y complicando la trama cuando es necesario. Hay escenas violentas cuando se tercia o escenas de sexo cuando tocan.

Mención especial merece el episodio piloto. No es que le resto de la primera temporada sea mala. En absoluto. Es que el piloto es buenísimo, con un ritmo trepidante, y contando una historia que aprovechan magistralmente para introducirte los personajes.


La serie esta muy bien ambientada, en su época, y por ejemplo en el caso del piloto, más aún, porque utilizan muy bien música que sonaba justo en aquella época (1981), y así nos encontramos escenas acompañadas de canciones de Quarterflash, Fleetwood Mac, o Phil Collins. Lástima que durante el resto de los episodios la banda sonora sea más bien música instrumental especialmente compuesta y no usen vuelvan a usar tan a menudo este recurso de incluir música, no original, pero de la época.

No es una historia de espías clásica, a lo John Le Carré, con agentes rusos y norteamericanos operando en el Berlín dividido de los años 40 y 50, ni tampoco es una historia de espías modernos como Homeland con los terroristas de Al-Qaeda como el Enemigo Público Número Uno.... ni falta que le hace. Porque el resto de la serie está a la altura del episodio piloto, al menos de momento.


La trama se va complicando a lo largo de los episodios: mientras los espías rusos captan a americanos para su causa, los contra-espías norteamericanos también hacen lo propio con los rusos, convirtiéndolos en agentes dobles y complicando la paranoia de quién sabe qué y quién trabaja para quién realmente, en un juego complicado y peligroso. Como dice la canción de Peter Gabriel que usan para ilustrar el final de la temporada: Games without Frontiers. Os reto a que veáis el episodio piloto y ver si podéis aguantar las ganas de seguir viendo la serie.
Altamente recomendable...

Gaby Martinez

Tráiler primera temporada


Sinopsis


"The Americans" es un drama de época sobre un matrimonio de dos espías del KGB que se hacen pasar por estadounidenses en los suburbios de Washington DC en la década de los 80. El matrimonio está formado por Phillip y Elizabeth Jennings, que tienen dos hijos que no saben nada acerca de la verdadera identidad de sus padres. Seguiremos su constante puesta a prueba en el aumento de la Guerra Fría durante la presidencia de Ronald Reagan y la creciente sensación de afinidad de Phillip por el american way of life.

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